Presentación


Cuando en el colegio cogía los lapices de colores, las ceras y los pinceles para realizar dibujos en la hora de plástica, me volvía loco y hacía lo típico que solemos a temprana edad, casitas con sus jardines, a papá y mamá, coches;después vas avanzando y emulas a los creadores que tenías a mano,el gran Ibañez por ejemplo y más tarde vas descubriendo diferentes técnicas de plasmar tus ideas, diferentes soportes en los que trabajar.Unas de las técnicas que me cautivo fue la pirografía, conseguir que de un soporte de madera salieran esas luces jugando con los matices que te dan los tostados y quemados era impresionante, pero no me fue suficiente y comencé aplicar color a los quemados; fue en esa búsqueda donde tropecé con una herramienta que me cautivo aun más, el aerógrafo.

Los colores,los matices,los degradados que salían de ese artefacto hicieron que mi búsqueda se desviara hacia él, comencé a buscar libros de técnica que me explicaran su funcionamiento,tipos de pintura que podía aplicar,efectos etc..., me ayudaron mucho, pero como autodidacta, llegó un momento que no avanzaba me quedé atascado,entonces busqué academias donde algún maestro impartiera clases en aerografía,en la escuela de diseño JOSO fue donde me instruyeron en el sacándole el máximo de provecho que había de él en ese momento.

Después ya todo fue trabajar en lo aprendido,fallar aplicándolo pero no abandonar, de los errores se aprende y sobre todo siempre se está aprendiendo.

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